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Microexpresiones

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Los amantes (1928), de René Magritte. Pienso en vos. Debo dar clases, pero pienso en vos. En lo que fuimos, en lo que no somos, lo que pudimos ser. La noche cae y yo caigo con ella. Debo mirar una tesis, pero solo veo tus ojos borrosos y protegidos detrás del vidrio, el ojo de tus ojos. Veo banquitos del ISE, tereré con tortitas, guampa roja en verano. Leo a Idea Vilariño. Ella dice: Ya no Ya no será ya no no viviremos juntos no criaré a tu hijo no coseré tu ropa no te tendré de noche no te besaré al irme nunca sabrás quién fui por qué me amaron otros. No llegaré a saber por qué ni cómo nunca ni si era de verdad lo que dijiste que era ni quién fuiste ni qué fui para ti ni cómo hubiera sido vivir juntos querernos esperarnos estar. Ya no soy más que yo para siempre y tú ya no serás para mí más que tú. Ya no estás en un día futuro no sabré dónde vives con quién ni si te acuerdas. No me abrazarás nunca como esa noche nunca. No volverá a tocarte. No te veré morir. .............................

Microconfesiones II

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  La niña enferma (Edvard Munch, 1886). De niño soñaba con ser adulto. Yo solo quería ser alto y fuerte. Vive en mi pecho un sol oculto. La noche era larga, el día corto. Siempre llegaba tarde a la escuela. Vive en mis ojos lo que soporto. Detesto mis versos y mis poemas. Detesto a la gente que no abraza. Vive en mi alma gente de gemas. Soy rencoroso en serio y en chiste. Mi memoria es fina y detallada. Vive en mi corazón lo que dijiste. No me duelen tanto las despedidas, me duelen más los presentes ausentes. Mueren en mi mano ideas perdidas. Me encantan los abrazos largos. Mi jugo favorito es de pomelo. Vive en mi cabeza mi letargo. Duermo a las tres de la mañana. Sueño con tener hijos que me amen. Vive en mi oído una idea malsana. Radiohead sonará en mi velorio. Sí, pienso seguido en mi muerte. Vive en mi boca un signo  mortuorio. Llegaré más lejos de lo que pienso. Solo Dios estará por encima de mí. Vive en mis espaldas el suspenso. Carne, espíritu, paciencia y dolor: estoy...

Inextenso

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  La persistencia de la Memoria (Salvador Dalí, 1931). Breve es la vida. Mañana voy a morir, hoy solo quiero vivir. Se acaba la partida. Se agota el tiempo. El reloj está roto, se derriten las fotos. Todo está a destiempo. Una manecilla tiembla. Las manos me tiemblan. Escuchame, por favor. Abrazame, por favor. Cabellos color moneda, una camisa con moño y espalda llena de otoño, Un cajón que me hospeda. Corto, efímero, limitado. ¿No te das cuenta? Solo, triste, despistado. Date cuenta, date cuenta. Frasco de perfume vacío. Una mañana sin rocío. Este feo poema vacío, el mundo y su griterío. Ya se me acabó el tiempo. No fui quien quise ser. Una manecilla sin tempo. Thales será quien quiera ser. Cronos me envenena. Soy Urano asustado. Kairós no ha llegado Y esta es mi condena. Milson De Jesús Godoy Caballero

De animales a nubes

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Pink Floyd – Animals (1977). Se recomienda leer escuchando Dogs , de Pink Floyd. Tiempo de lectura:  17 minutos con 5 segundos. Los perros ladran en la madrugada. Como dice ese cuento de Rulfo: "¿No oyes ladrar los perros?". Se escucha muy claro desde la ventana. Yo escribo esta prosa en tiempo presente del indicativo. En mis auriculares suena Dogs , de Pink Floyd, una canción preciosa como el cielo que dura 17 minutos con 5 segundos. Me propongo escribir sin estructura, sin ideas, durante 17 minutos y 5 segundos. Los gatos discuten en el techo de mi casa. No sé si logre escribir algo. Le saco puntas al lápiz, busco hoja y borrador. Hace mucho que no hago esto de escribir sobre hojas de papel. Ahora más bien se siente como caminar sobre nubes de un cielo regado por el sol de enero. Pienso en figuras retóricas, imágenes literarias, en ritmo, tempo y cadencia, pero me doy cuenta de que ciertamente yo nunca fui un escritor enamorado de los recursos literarios. No me salen tan fá...

El pasto creció demasiado

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Cementerio ( Urgell e Inglada, Modesto, 1878). Papá, dejemos de vivir en tristeza. Un filósofo dijo que la muerte no debe perturbarnos. "¿Qué es la muerte? Si todavía no sabemos lo que es la vida, ¿cómo puede inquietarnos el conocer la esencia de la muerte?". — El secreto está en tomarte la vida con calma. Anive nderasẽ. — Bueno, che ru... Vos me dijiste eso. Vine a contarte que esa idea me permite seguir viviendo, viejo de mi corazón. Vos podés dormir tranquilo, que yo voy a dejar de llorar. Mañana te traigo vino… y de paso voy a cortar este pasto que parece querer levantarte hasta el cielo.                                                             Milson De Jesús Godoy Caballero

Microconfesiones

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Autorretrato con cigarrillo (Edvard Munch, 1895). A los dieciséis años abrí los ojos, la vida me dio tres sorbos de realidad. Nacer, vivir, crecer, sufrir con dignidad, para escuchar y dejar de usar los ojos. Nuestros ojos están bien malditos, nuestras bocas viven condenándonos. Los pensamientos están observándonos, solo sirve escuchar con los oídos benditos. Yo nunca jamás creí en el dadaísmo. Yo nunca jamás confié en quienes gritan. Yo siempre quise a quienes no se agitan. Yo siempre aposté por el expresionismo. No me quejo inútil y estúpidamente. No insulto tontísima y absurdamente. No vivo por vivir, mi Dios, burdamente No soy así, no soy así, muy tristemente. Milson De Jesús Godoy Caballero

Una prosa sincera sobre el dolor

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  [Niño y cesta] Hidalgo, 1933. Colección y Archivo de Paul Strand Tengo un corte considerable en mi brazo estoico. Un afiladísimo cuchillo me abrió las venas por un descuido mío y, por tanto, ahora voy regando de sangre los lugares que recorro. Mi cama está empapada, como también mis ropas y zapatos, pero no es la primera vez que se me cortan las venas. Estoy acostumbrado a disculparme por las manchas de sangre que dejo en mis caminos extraños. Desde hace unos días ando por allí empapado de mi sangre, pero uso un traje y trabajo como si nada pasara. Y en verdad, hago un grandísimo esfuerzo por convencerme de que no ocurre nada relevante. Mi alma ha sido mutilada en otras ocasiones. Alguna vez caí desde grandes alturas a los pozos más profundos del destino. Estuve en el abismo de la tierra, en el fondo más hondo de la vida y en los bordes de la misma muerte, e incluso más allá. Me han incendiado, ahogado, ahorcado, torturado, amarrado, destrozado y hasta enterrado vivo, pero mi car...