Carta para Sandra Darcourt

De mi más alta consideración:

Usted y yo nos conocimos en medio de la pandemia, durante tiempos en que la conexión física estaba amenazada por la terrible posibilidad de la enfermedad. Sin embargo, el plano físico es un segundo plano cuando la mente y el corazón se encuentran alineados.

Ciertamente, desde un principio noté que nuestras ideas conjugaban de forma natural, como conjugan el viento y la lluvia, el café y el frío, la noche y las estrellas, las estrellas y el cielo, el cielo y los cometas. En fin, lo que quiero decir es que la quise mucho desde un principio, como si ya hubiésemos trabajado juntos desde antes de conocernos. Y ahora mismo, usted es también como una madre para mí.

En cierto modo, la vida está resumida en cada día. Nacemos lentamente como nace el sol detrás de los cerros, gateamos sobre el horizonte para luego caminar durante el mediodía sobre la tierra; desde allí, el gigante amarillo va cuesta abajo poéticamente, terminando al otro lado de la vida, volviendo a esconderse tras los montes y generando paisajes bellísimos que difícilmente pueda describirlos en un texto tan breve y con recursos tan modestos. Y de repente, la noche cae sobre nuestros hombros y con ella nosotros mismo sabemos que es hora de dormir y pasar al mundo onírico.

En un poema precioso, Borges dijo:

“Sentir que la vigilia es otro sueño

que sueña no soñar y que la muerte

que teme nuestra carne es esa muerte

de cada noche, que se llama sueño”.

Y así como la noche nos permite cerrar los ojos y descansar, el día renueva nuestras vidas y da pie al ciclo de comienzo y fin, realidad y sueño, vida y muerte. Ahora mismo es de noche, mientras escribo esta carta, pero como dice Borges, la vigilia es otro sueño. Mañana volverá a salir el sol, del mismo modo en que durante algún momento de la vida, usted y yo volveremos a coincidir como amigos dentro de esta maravillosa profesión llamada comunicación, querida jefa.

Así también, fue un gran placer compartir con sus hijos de corazón: Joe, Laura, Anto, Efra, Sofi y Mirtha. Juntos fuimos una gran familia durante los años 2021 y 2022, periodo de tiempo que siempre guardaré en el bolsillo de mi camisa azul, cerca del corazón. Ustedes y yo sabemos que Ceratti tuvo razón al decir que “saber decir adiós es crecer”.

Carpe diem. Como dice un profesor de la maestría, ¡la vida son tres días y ya pasaron dos!

Los quiero mucho. Aguije ha mborayhu (gratitud y amor).

Con cariño, Milson De Jesús Godoy Caballero.


Comentarios

  1. ¡Que lindo gesto! ☺

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  2. Eres una gran persona y un excelente profesional Milson. Lo primero marcará la diferencia siempre. Te quiero con el corazón y te admiro profundamente. Nunca supe qué te aporté algo, pero si lo hice, ponlo en práctica. Los años enseñan mucho. Te quiero mucho. Éxıtos!

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