En respuesta a su prosa

Pintura de Lao Tse, recuperado de: https://ar.pinterest.com/pin/115615915416062592/ Lo que dijiste es cierto, vocecita de mujer: siempre admiré la solemnidad de Confucio y la templanza de Lao Tse. Por ejemplo, si resulta que venís a casa un sábado o un domingo, siempre voy a buscarte con los labios llenos de palabras bellas que saltan en mi boca, brotando alegres y desesperadas por la necesidad de ser libres y terminar habitando tus oídos. Después de todo, Confucio no es difícil de explicar. Entonces, si venís a casa, dependiendo de la hora, puedo juntar todo el deseo de verte que tuve en los días previos a tu llegada, para preparar un café hecho de tu ausencia; pero mientras, vos tenés que estar sentada en la silla almohadillada más cómoda de casa, conversando alegremente con mamá, evitando aburrirte mientras mezclo el senti...