Microconfesiones II

La niña enferma (Edvard Munch, 1886). De niño soñaba con ser adulto. Yo solo quería ser alto y fuerte. Vive en mi pecho un sol oculto. La noche era larga, el día corto. Siempre llegaba tarde a la escuela. Vive en mis ojos lo que soporto. Detesto mis versos y mis poemas. Detesto a la gente que no abraza. Vive en mi alma gente de gemas. Soy rencoroso en serio y en chiste. Mi memoria es fina y detallada. Vive en mi corazón lo que dijiste. No me duelen tanto las despedidas, me duelen más los presentes ausentes. Mueren en mi mano ideas perdidas. Me encantan los abrazos largos. Mi jugo favorito es de pomelo. Vive en mi cabeza mi letargo. Duermo a las tres de la mañana. Sueño con tener hijos que me amen. Vive en mi oído una idea malsana. Radiohead sonará en mi velorio. Sí, pienso seguido en mi muerte. Vive en mi boca un signo mortuorio. Llegaré más lejos de lo que pienso. Solo Dios estará por encima de mí. Vive en mis espaldas el suspenso. Carne, espíritu, paciencia y dolor: estoy...